Cuando te enfrentas al reto de digitalizar tu negocio, un paso imprescindible es el de hacer tu web.
Un buen diseñador, te orientará sobre la estructura que debe seguir, pero lo cierto es que el contenido que debe tener tu web nadie lo va a saber mejor que tú, que eres quien mejor conoce tu negocio.
Si estás en ese punto y te encuentras algo perdido, no te preocupes, yo te muestro la estructura básica de la que saco los esquemas de las webs corporativas que realizo.
Casi todas las webs, tienen una estructura similar y no es casualidad. Es porque es una estructura que funciona. Y es la siguiente:

- Encabezado: con el logo a la izquierda, el menú de navegación para acceder a otras páginas en el centro y los iconos de redes sociales en la derecha.
- Sección de bienvenida (lo que se ve nada más abrir la página): con el nombre de la empresa, un eslogan diferenciador y fotos que llamen la atención.
- Sección 1: qué haces. Enumera los servicios o principales categorías de productos y después ensalza uno o dos de ellos.
- Sección 2: diferenciación, por qué escogerte a tí. Con reseñas de clientes para generar confianza en el posible cliente que esté viendo nuestra web.
- Sección 3: storytelling, valores de la empresa, historia detrás del negocio. Humaniza la marca y acércate al cliente con una historia personal para generar empatía y conectar con el posible cliente que está viendo tu web.
- Sección 4: contenido de valor para que pase más tiempo por nuestra web y para que se convierta en lead (persona que conoce nuestros servicios o productos y nos sigue de cerca).
- Pie de página: con tus formas de contacto. Un mapa que sea clicable y te lleve a Google Maps (no un pantallazo), y un teléfono, mail, whatsApp, redes sociales, etc; a poder ser enlazadas para realizar la llamada directamente, abrir el mail directamente, el whatsApp… Además de esto, todas las normativas legales que tiene que cumplir la web.
Esos son los elementos que debe tener la página principal de tu web. Puedes añadir más, aunque yo no la recargaría mucho para no desviar la atención de las cuestiones importantes. Al final, la página principal de tu web es el escaparate digital de tu negocio, en el que muestras las cuestiones que merece la pena resaltar para llamar la atención del usuario que lo está viendo. Si está abarrotado, la atención se pierde.